El clima de las Américas en el primer semestre de 2016 tuvo la influencia de un evento El Niño que inició en el año 2014 y terminó en el 2016 en el mes de mayo, cuando fue seguido por la condición Neutra.  Sus efectos se dejaron sentir en algunas secciones de Norte, Centro y Sudamérica, tales como sequías pronunciadas aunadas a inundaciones seccionales ocasionadas por lluvias intensas.  Sin embargo, puede mencionarse que 2016 fue un año de buen clima en términos generales.  Esto se reflejó en un alza en la producción de varios commodities, como son el maíz, trigo, sorgo y soja, principalmente. Con excepción de Brasil, aumentaron sus reservas de granos Canadá, Estados Unidos, México y Argentina como consecuencia de mayores rendimientos por buen clima.

Como se ilustra en la Figura 1, el norte del Continente Americano tuvo excelentes lluvias en 2016, sin dejar de presentarse típicas de sequías regionales en el Este y Centro de los Estados Unidos.  Pero fue hasta este invierno 2016-2017 cuando California finalmente se recupera de un largo periodo de sequía, donde ya se presentaron precipitaciones abundantes en diciembre de 2016 y enero de 2017.

En Centroamérica la situación de la lluvia fue variable, pero 2016 ya fue un año de mejor clima para la agricultura que 2014 y 2015 cuando hubo sequías severas y pérdida de cosechas, principalmente en El Salvador, Honduras y Nicaragua.  En el caso de Sudamérica se presentaron lluvias importantes en el segundo semestre del año en Argentina, Colombia y Perú, principalmente.

 

Fig. 1 Precipitación acumulada (mm) y anomalía (%) de junio – diciembre de 2017.

 

Condición Climática Actual

El Océano Pacífico ha retomado un proceso de enfriamiento después del calentamiento generalizado que sufrió durante los años 2014 y 2015.  Este enfriamiento se observa principalmente en la región El Niño 3.4, lo que hizo suponer la entrada de la condición La Niña para finales de 2016 e inicios de 2017.  Sin embargo, las recientes mediciones de temperatura de las aguas superficiales en la región 3.4 indican que nuevamente el mar se está calentando (Fig. 2).  El enfriamiento máximo alcanzado tuvo una anomalía de -0.7 °C en diciembre de 2016 pero semanas después ha registrado un aumento en la temperatura del mar, por lo cual los modelos de predicción han estimado que el clima de las Américas, al menos los primeros meses de 2017, seguirá dominando la condición de Neutralidad del ENOS.  Es importante mencionar que el patrón lluvioso observado en determinadas regiones de México, Centroamérica y parte de Sudamérica durante los meses de noviembre y diciembre de 2016 y enero 2107 son típicas de la fase La Niña – reducción de la lluvia invernal en México, lluvias esporádicas en Centroamérica y un repunte de la lluvia en Colombia por arriba del promedio histórico de enero – aunque los indicadores del ENOS oscilen en el rango de la Neutralidad.

Con relación a temperaturas, a diferencia de los Estados Unidos de Norteamérica que pasa por un invierno severo, México está pasando por un invierno cálido con precipitaciones escasas aisladas en el noroeste y sureste del país, así como una  alta radiación solar derivada un dominante anticiclón regional.

 

Fig. 2. Anomalía de la temperatura del Océano Pacifico durante la segunda semana de enero 2017. (NOAA, 2017; http://www.elnino.noaa.gov).

 

Lo anterior se ilustra en la Figura 3 que presenta las variaciones de la anomalía de la temperatura del mar en la región El Niño 3.4.  La gráfica se muestra en azul la persistencia de la fase Neutra del ENOS durante el segundo semestre de 2016 y enero de 2017.  El repunte de temperatura en las últimas semanas de enero ha provocado que los modelos climáticos estimen que seguirá dominando la condición Neutra hasta el mes de agosto de 2017.  Cabe recordar que una fase de Neutralidad está asociada con el patrón climático de la región tenderá a sus valores de promedio histórico, en cuanto a precipitación y temperatura.

Fig. 3.  Anomalía de la temperatura de las aguas superficiales del Pacifico Tropical (datos de NOAA, 2017).

 

De acuerdo a las salidas de los modelos climáticos de las instituciones internacionales que aportan datos al IRI (International Research Institute), se estima que la fase Neutra tiene una probabilidad del 50% para dominar los meses de agosto y septiembre de 2017 (Fig. 4).  Sin embargo, la segunda fase más probable es la condición El Niño, con una probabilidad de casi el 40%, esto debido principalmente al reciente calentamiento de la región 3.4.  Esto nos obliga a darle seguimiento a los reportes semanales de la NOAA de la temperatura del mar y en consecuencia de ser necesario rectificar nuestros pronósticos de clima basados en el ENOS.

 

Fig. 4 Pronóstico probabilístico de evolución ENOS en 2017.

 

EXPECTATIVAS CLIMATICAS 2017

Siempre ha sido la intención de los climatólogos de identificar la tendencia que tomará el ENOS en función de las variaciones de temperatura del mar de las últimas semanas.  Actualmente el ENOS se encuentra en una fase de transición y el margen entre 40% y 50% de probabilidad asignada a El Niño y Neutro, respectivamente, no permite ahora establecer una tendencia precisa de la temperatura del mar.  Esto será posible hasta dentro de las próximas semanas.  Sin embargo, es evidente que la temperatura continuará aumentando y el clima oscilará entre Neutro y El Niño.

En términos generales, la oscilación del clima entre condición Neutra y Niño Débil permite pronosticar a 2017 como un año de buen clima para la agricultura, algo similar a 2016 en precipitación y temperatura, tomando en cuenta que 2016 permitió a Centroamérica y secciones de Sudamérica recuperar sus niveles de precipitación después de varios años de sequía.  Esto sin dejar de mencionar que la Amazonia registró una baja en la precipitación pero sin llegar a niveles alarmantes.

Nuevamente, una condición de Neutralidad se acerca más a que los patrones de lluvia y temperatura que se asemejan a los promedios históricos locales, esto también descarta en gran medida años extremadamente lluviosos que igualmente son también un problema para el sector agropecuario.  Por otra parte, la fase de Niño Débil, donde la anomalía de temperatura del mar en la región 3.4 oscila entre 0.5 y 1.5 °C los niveles de reducción de la lluvia no son significativos (10 a 15%) y permite obtener cosechas satisfactorias en los cultivos de secano.

Esta perspectiva climática nos permite hacer conjeturas que las reservas mundiales de granos tenderán a la alza ante un clima favorable para la producción.  Esto tendrá un impacto quizás adverso en los precios de los commodities, tomando en cuenta que en el año 2016 las reservas de alimentos aumentaron (Fig. 5), pero hubo un descenso en los precios de los productos.

 

Fig. 5.  Pronóstico de las reservas de granos en el periodo 2016-2017.

 

Dr. Mario Tiscareño López
Dir. Gral. de
AgroClima Informática Avanzada, S.A. de C.V.