El pasado 25 de marzo se llevó adelante la Asamblea General de ALASA, lo que significó el primer encuentro de este tipo de manera virtual.
En un contexto de pandemia, sumado al cambio climático, la propuesta fue conocer e intercambiar experiencias vividas en el 2020, diferentes realidades, acciones frente a la crisis y futuros retos.

Si bien la pandemia impidió desarrollar las estrategias previstas, desde el sector aguardan que esta situación se revierta.
Es el caso de Argentina, ante esta incertidumbre sumada al riesgo climático, lleva adelante un proyecto de gestión integral de riesgos en base a un préstamo del Banco Mundial para desarrollar en los próximos cinco años.

Sandra Occhiuzzi, representante del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca explico que el mismo busca resolver los problemas actuales a través de tres componentes. El primero es el desarrollo de sistema de información para la gestión de riesgo, lo que implica trabajar en la integración de datos meteorológicos de Argentina, de redes privadas y públicas y todo el desarrollo del sistema de alerta temprana e índice climático para el diseño de cobertura.

El segundo componente, enumeró Occhiuzzi, es el desarrollo de estructura rural que busca promover tecnologías intraprediales para aumentar la resiliencia de los productores frente a los eventos climáticos. Y, por último, busca mejorar las declaraciones de emergencia agropecuaria, generando un sistema de información con base de datos de productores que entran en emergencia y promover el desarrollo de coberturas mediante estudios de factibilidad. En este sentido, la representante del ministerio anuncio programas pilotos de cobertura que prevé un subsidio parcial de primas durante dos o tres campañas para poder desarrollar las coberturas y lograr un entendimiento por parte de los productores.

Para conocer la experiencia de Brasil con el seguro y los resultados del programa de subsidio de prima durante 2020, Pedro Loyola, Director departamento de Gestión de Riesgo- DEGER-SPA- Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, brindó un detallado informe.

“El número de productores dio un salto y superó el 84 por ciento más que 2019, momento en el que el gobierno decidió priorizar la política y el seguro agrícola en Brasil”, explico Loyola.
En 2020 el presupuesto asignado para el programa de subsidio de prima fue el doble que el año anterior, con lo que se superó el valor asegurado de 45.000 millones, marca récord en Brasil.

Actualmente, el área asegurada en Brasil es superior a 13 millones de hectáreas, más que el doble que en 2019, lo que representa el 20 % de la superficie agrícola plantada de Brasil. “Es la primera vez que Brasil traspasa el 10 % de la superficie agrícola plantada” destacó el funcionario.

Con respecto a los desafíos para este 2021, el Director departamento de Gestión de Riesgo, afirmo que se intentará mantener el presupuesto para el sector, teniendo en cuenta que en la pandemia se destinan recursos a otras áreas.” Estamos tratando de mantener un valor superior al que fue invertido en 2020”.

Otro reto importante, detalló Loyola, es la popularización de seguro rural en Brasil.
”Necesitamos incrementar el seguro para la agricultura familiar, para gestiones de actividades que no contratan un seguro rural, como el norte de Brasil. Allí estamos implementando varios programas que atiendan esas realidades”.

En el país vecino, México, la realidad parece ser muy distinta. En el 2020 el país tuvo la eliminación casi total de los programas y subsidios del gobierno federal sector agropecuario comercial, concentrándose en los pequeños productores. “Tuvimos una de las peores sequías en los últimos 50 años y en el 2020 la temporada de huracanes más intensa. Y a esto se le agregó la pandemia del COVID-19”, aseguró
Juan Carlos Cortés García PROAGRO- Vicepresidente de ALASA.
Los datos indican que la economía en ese país cayó 8.2 por ciento y que la recuperación ha sido un poco lenta.

“Las exportaciones han empezado a mejorar. Las agropecuarias crecieron más que las no agroalimentarias” destacó Cortés.
Es ese país, la inflación alcanzó los 4 puntos, dato a resaltar teniendo en cuenta que el Banco Central decidido detener la baja en la tasa de interés.

“Tuvimos un mal año agrícola” aseguró el Vicepresidente de ALASA, a pesar de que el sector agropecuario creció 4.8 por ciento a base anual, muy superior a casi todos los sectores, afirma. El mercado doméstico, la producción que va al mercado nacional cayó y las exportaciones crecieron.

El impacto de la pandemia también afectó los flujos del crédito al sector agribusiness los cuales frenaron el ritmo de crecimiento que venían mostrando hasta abril del 2020
En relación al comienzo de este año, el referente de PROAGRO explico que “En el 2021 hay una depuración de productores post subsidios. México tenía un presupuesto de 65.000 millones de pesos mexicanos al sector agro. De esa parte aproximadamente 40.000 iban al sector agropecuario comercial. Eso ya no existe. Hoy quedan aquellos que son rentables, viables y que pueden continuar sin los subsidios. Todos los que estamos en el sector hoy aprendimos a vivir sin subsidios”.

La demanda por seguro de agro se redujo por la caída del subsidio, pero, según Cortés, ya tocó piso y empieza a crecer.” Tenemos una demanda consistente que ya no depende de subsidios ni de políticas públicas agrícolas. Con este shock, el sector agro mexicano y el seguro agropecuario hoy tocó piso tiene una posición creciente este año y se estructuró para ser competitivo sin contar con subsidios y apoyos” concluyó el Vicepresidente de ALASA.

En España, las consecuencias de la pandemia han tenido consecuencias claras y contundentes en el entorno económico. Ignacio Machetti, representante de AIAG dio algunos detalles de lo ocurrido con la economía de España.
El PBI ha tenido, por primera vez, una variación negativa de un 11%, luego de tres años de crecimiento. La renta agraria ha crecido en torno al 4,4 % revirtiendo la evolución de años anteriores que había sido negativa.

En relación a la producción, Machetti destacó que la producción vegetal ha aumentado por encima del 3 % y el animal por encima del 1,5%.
En relación al seguro en 2020, registró una evolución negativa del 8,3 % pero el seguro agrario experimentó una evolución positiva prácticamente en todas sus magnitudes principales. El número de pólizas ha crecido casi un 5 % como en el valor de la producción asegurada que ha sobrepasado los 15.000 millones de euros lo que significa un 6,5 más que el año anterior. La superficie agrícola asegurada se ha situado por primera vez por encima de los 6 millones de hectáreas. En términos de primas totales contratada en el año ha crecido levemente.

“La actividad agrícola ha seguido creciendo y ha seguido asegurándose”, afirmó el representante de AIAG.
El 2021 no ha comenzado muy bien, desde el punto de vista de la producción, de la contratación hemos constatado un crecimiento del 2,5%, el productor continúa asegurándose y lo hace de manera creciente. Sin embargo, la siniestralidad está siendo bastante perversa. Se registraron en el primer trimestre heladas de magnitud que han hecho que la siniestralidad del primer trimestre supere con creces las medía normal para ese período.

El reto más significativo ha sido la capacidad de las organizaciones en la adaptación para prestar servicio a distancia.

Para Machetti, la aceleración de los procesos de digitalización, los procesos de evaluación pericial con aplicaciones de tele peritación y la capacidad de potenciar los medios digitales de comunicación con los agricultores y con los ganaderos, fueron la clave para poder afirmar que “La crisis desde el punto de vista tecnológico está claramente superada”.

Por su parte, Emma Lage Cañellas- Mapfre RE, se refirió al 2020 como “el año en el q Europa se acordó que se alimenta del campo. Nos dimos cuenta que esencial es la producción de alimentos. Fue un año de revisar prioridades”.

“En las primeras semanas de confinamiento nos tuvimos grandes siniestros por la época del año. Ya en verano, con todo más flexible, pudimos organizar las visitas”, contó Lage Cañellas, sumando el dato de que, en Europa, en la mayoría de las compañías, los peritos son profesionales, agricultores jubilados, población de máximo riesgo.

Climáticamente en Europa ha sido un año bastante seco y con baja actividad de granizo, lo que marcó buenos resultados para aquellos eminentemente de granizo y no tan buenos para aquellos mercados donde predomina el multiriesgo.

Con respecto al mercado del reaseguro, la representante de Mapfre RE afirmó que “Ha sido un año muy duro, con muy malos resultados, lo que se traduce en un endurecimiento de condiciones en el sector agro. Sin embargo, el ramo agro es donde volvemos a poner los ojos esperando crecimiento ya que, en un contexto de crisis económica y, en muchos aspectos, colocamos nuestras esperanzas allí porque necesitamos que crezca”.

“Ningún país en esta situación de crisis ha dado la espalda al sistema de seguros agrarios, ha vuelto a demostrar que es una herramienta válida, eficaz y eficiente para la gestión de las pérdidas”, afirmó Emma Lage Cañellas, dando por finalizadas las presentaciones, en la previa de la Asamblea de ALASA 2021.