Autor: Ing. Agr. Santiago Cabral
Grupo Asegurador La Segunda-Febrero 2019

Hace ya unos cuantos años que el sistema de seguros argentino se propone superar la barrera de los cultivos extensivos granarios y no lo logra, o sólo lo hace en experiencias moderadas.

Sin embargo, durante las campañas 2016-2018 se llevó adelante una prueba piloto totalmente novedosa, que puso énfasis, ya no tan sólo en un sistema productivo diferente, sino y fundamentalmente, sobre un segmento de los agricultores al que todavía no se había accedido.

El “Proyecto de Adaptación y Resiliencia de la Agricultura Familiar del Noreste de Argentina ante el impacto del Cambio Climático y su Variabilidad” comenzó a ejecutarse en Octubre del año 2013, mediante donación del Fondo de Adaptación al Cambio Climático de las Naciones Unidas, surgido del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Dicho Proyecto se instrumentó sobre tres ejes principales de intervención, que delinearon actividades a llevar a cabo dentro de las cuales, el desarrollo de una cobertura de seguros fue una de ellas.

Ejes de intervención y actividades

1- Aumento de la capacidad de adaptación de pequeños productores familiares a la variabilidad climática

  • Implementación de mejoras en la eficiencia de uso, captación, cosecha y almacenamiento de agua.
  • Implementación de un sistema de gestión y transferencia de riesgos para los pequeños y medianos productores.
  • Prácticas de optimización del manejo productivo agrícola, ganadero y forestal.

2- Fortalecimiento de los sistemas de información, monitoreo y gestión de la información climática

  • Integración y ampliación de redes agro-hidro-metereológicas.
  • Desarrollo de un Sistema de Alerta Temprana para evaluar y gestionar riesgos climáticos, incluyendo eventos extremos.

3- Generación de capacidades locales y regionales para la toma de decisiones y acciones de adaptación al cambio climático

  • Desarrollo de módulos de capacitación y comunicación sobre gestión y transferencia de riesgos para expertos técnicos gubernamentales y productores familiares.
  • Capacitación para unidades provinciales para el manejo y monitoreo de datos hidro-metereológicos, análisis de información climática, uso de herramientas y desarrollo de módulos de adaptación.

El Proyecto General fue delimitado en el área geográfica denominada como Noreste Argentino (NEA), e incluyó el centro-sur de la provincia de Chaco, el norte de Santa Fe, el oeste de Corrientes y el este de Santiago del Estero, mientras que el Proyecto de Seguro comenzó con cuatro departamentos del oeste de la provincia de Corrientes 2, para ampliarse en una segunda fase a cuatro departamentos más de dicha provincia y tres departamentos del noreste de Santa Fe.

La articulación institucional fue coordinada por la Oficina de Riesgos Agropecuarios (ORA), dependiente del ex Ministerio de Agricultura de la Nación, la cual tuvo la difícil misión de conducir los primeros esbozos de ideas llevadas a la mesa de trabajo, hacia el desarrollo de un proyecto común inédito en su recorrido y concepción. De esta manera, el producto final puesto en marcha y las sucesivas correcciones implementadas en la segunda fase, resultaron ser el fruto de un trabajo colectivo al que aportaron instituciones públicas tales como la Unidad de Cambio Rural (UCAR), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de la Producción de la Provincia de Corrientes, así como también instituciones privadas tales como el Grupo Asegurador La Segunda, el Grupo Sancor Seguros y San Cristóbal Seguros, aunadas y representadas por la entidad que las nuclea como Aseguradoras del Interior de la República Argentina (ADIRA). A ellas se sumó una cuarta aseguradora, Mercantil Andina, y fue invalorable el aporte del Corredor de Reaseguros AON, ya no tan solo en facilitar el acompañamiento de los principales referentes del mercado reasegurador, sino y fundamentalmente, en la resolución de las complejidades técnicas que desafiaban al modelo de tarificación para los riesgos a ser tenidos en cuenta. Especial mención merece el arduo trabajo analítico llevado a cabo sobre la base de información proveniente de los Decretos de Emergencia Agropecuaria de la Provincia de Corrientes, junto a información periodística de los eventos vinculados, así como también de los Registros Climáticos de las Estaciones Meteorológicas Regionales y de los Ensayos de Producción del INTA.

IMAGEN N°1. Marco de Articulación Institucional

2 Bella Vista, Goya, Lavalle, San Roque

El producto final obtenido, “Seguro para cultivos bajo invernadero”, fue formalizado frente a Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) en fecha 03 de Agosto de 2016 mediante Expediente N° 0022985/2016, Proveído N° 123106, y su tramitación tuvo dos grandes virtudes respecto a experiencias previas similares. En primer lugar, si bien la cobertura estaba siendo dirigida inicialmente a dos cultivos específicos bajo cubierta, a saber tomate y pimiento, se amplió la autorización para todos los cultivos; y en segundo lugar, si bien la prueba se llevaría a cabo en una región geográfica acotada tal como se describe anteriormente, la validación se hizo extensiva a todo el territorio nacional, consolidando de este modo la generación de un instrumento de mayor amplitud, que a futuro podría ser de utilidad para otras regiones productivas, e incluso, para otros sistemas productivos.

Otro hallazgo o novedad estuvo centrado en el hecho de que por primera vez para el Ramo de Riesgos Agropecuarios y Forestales, se consideró la cobertura de un bien complementario dentro del sistema productivo a los cultivos en sí mismos, que en este caso resultaron ser los plásticos de techo de los invernaderos. Vale significar el valor relativo de la región elegida para probar el lanzamiento, tomando en cuenta que la provincia de Corrientes es una de las más importantes en lo que se refiere a la producción hortícola bajo cubierta, representando el 56% del total nacional. Del mismo modo, los cultivos seleccionados para el lanzamiento representaban el 18% de la producción nacional en cuanto a tomate se refiere, y 44% de la misma para el caso de pimiento, destacándose especialmente dentro de esta potente economía regional, el conglomerado hortícola de las localidades de Bella Vista y Santa Lucía.

FOTO N°1. Presentación de la cobertura en la Cooperativa de Santa Lucía

Mencionábamos al comenzar el direccionamiento del proyecto hacia “un segmento de los agricultores al que todavía no se había accedido” con el seguro agropecuario en Argentina, y así ocurrió debido a que el umbral de escala establecido fue limitado a pequeños productores cuya superficie cultivada no superara una hectárea. Asimismo, también expresábamos al comenzar el desafío de “superar la barrera de los cultivos extensivos granarios”, a lo que correspondería agregar, el desafío estructural de superar la barrera del riesgo granizo, por lo que podemos considerar como otro acierto la extensión a viento, incendio y heladas.

El Proyecto se implementó en dos fases, y si bien el diseño de la cobertura consideró un período de vigencia anual comprendido entre el 01 de Febrero de un año y el 31 de Enero del año siguiente, incluyendo cobertura al menos para la estructura aún en la época del año en que bajo éstas no hubiera cultivos, inconvenientes en la dinámica de los diferentes procesos formales involucrados impidieron que aquello pudiera lograrse. Así fue como, la primera póliza tuvo vigencia desde el 01 de Agosto de 2016 hasta el 31 de Enero de 2017, y la segunda póliza lo tuvo desde el 05 de Abril de 2017 hasta el 31 de Enero de 2018.

El Grupo Asegurador La Segunda tuvo a su cargo el pilotaje de la operatoria y la responsabilidad de conducir en territorio, el cumplimiento de los compromisos asumidos entre tantos actores involucrados con suma pasión al desarrollo de una innovación con pretensiones de alto impacto social y cultural. Hubo un montaje administrativo destinado a satisfacer los requerimientos de la emisión de póliza, la certificación de cobertura para los beneficiarios y la atención de denuncias de siniestros, y se conformó un plantel de evaluación que sumó otra buena noticia por lo novedosa en el sector: la incorporación del aporte profesional de la mujer a campo.

FOTO N°2. Conformación del plantel de evaluación de siniestros

El análisis comparativo entre las dos fases del proceso de implementación, marca progresos en todo sentido, y reafirma la importancia de la continuidad en este tipo de emprendimientos. En primer lugar, la fase 1 tuvo 6 meses efectivos de cobertura, mientras que la fase dos tuvo 10 meses efectivos. En segundo lugar, la fase 1 se desarrolló exclusivamente sobre cuatro departamentos de la provincia de Corrientes: Bella Vista, Goya, Lavalle y San Roque; mientras que la fase 2, se dispersó sobre un total de once departamentos, adicionando a los cuatro originales, cuatro más de la misma provincia: Capital, Empedrado, San Luis del Palmar y San Cosme; y tres más de la provincia vecina de Santa Fe: General Obligado, Vera y San Javier. En tercer lugar, se pasó de tan sólo dos cultivos, tomate y pimiento, a todos los cultivos que hubieran implantado bajo sus invernáculos los agricultores, apareciendo de esta manera en escena otras hortalizas tales como acelga, albahaca, berenjena, cebolla de verdeo, chaucha, lechuga, pepino, perejil, rúcula ó zapallito. Asimismo, la lista podría continuarse con el número de beneficiarios ampliado entre una fase y otra de 577 a 666, la superficie total amparada que pasó de 215 a 277 hectáreas, la suma asegurada total expuesta a riesgo que de 20 millones de pesos subió a 43 millones de pesos, o la cantidad de denuncias atendidas que de 143 se elevó a 391.

Otra novedad superadora que incorporó el proyecto en su segundo tramo fue el de la segmentación de los beneficiarios en dos estratos, para permitir una suma asegurada mayor sobre plásticos de techo de los invernaderos, en aquellos casos de productores muy pequeños de hasta cinco carpas. Además, el aprendizaje obtenido en fase 1 condujo a modificar la metodología de evaluación de siniestros que se venía desarrollando en paralelo, prescindiendo de constatar el reemplazo efectivo de plásticos y estableciendo un umbral de afectación fijo, a partir del cual considerar la carpa como dañada. Esta medida sencilla pero efectiva, permitió anticipar los pagos de las indemnizaciones, en aquellas situaciones siniestrales en las que la época de ocurrencia no ameritaba un reemplazo inmediato de los techos.

IMAGEN N°2. Expansión Geográfica de la Prueba Piloto

El recorrido actuado permite afirmar que el desafío fue resuelto con éxito. La herramienta obtenida tuvo que sortear en su diseño una serie de dificultades ajenas para todos aquellos que integramos la mesa de trabajo y traíamos en nuestro bagaje de experiencia la lógica de los cultivos extensivos granarios. Resultó muy estimulante el hecho de encontrar soluciones técnicas a la composición de la suma asegurada para el caso de cultivos que no interrumpen la colecta de su producido en un mismo momento. Así fue como la complejidad de las curvas de avance de cosecha, variable según especie y variedad, cambiante según fechas de siembra y estrategias de mercadeo, pudo ser resuelta mediante una modelización descendente en la que primó uno de los objetivos esenciales trazados por el equipo de trabajo inicialmente para éste y otros proyectos en consideración, que era el de la sencillez, en medio de un contexto de escenarios de análisis caracterizados por la ausencia de bases de datos consistentes y robustas.

Es válido hacer notar la existencia de un antecedente inmediato anterior llevado a cabo en el año 2007, en el cual productores hortícolas y florícolas de la provincia de Corrientes, adherentes al entonces “Proyecto de Desarrollo Rural de las Provincias del Noreste Argentino” (PRODERNEA), fueron beneficiarios de una incipiente experiencia que llegó a cubrir una superficie de 12,8 hectáreas. Un nuevo escalón se suma entonces, mucho más ambicioso según muestran los números, a un camino cuya toda razón conduce a develar que no debiera interrumpirse, e incluso debiera alentar otras ideas, ya que la inercia del movimiento inicial fue vencida con satisfacción, y el transcurrir de los años y el andar debieran aportar las oportunidades de crecimiento y enriquecimiento necesarias para que en un futuro no muy lejano, podamos decir con orgullo que el modelo argentino de agroseguros, tan rico en historia y penetración, ha comprendido y adoptado las visiones de la ONU, máximo organismo de la diplomacia internacional, en cuanto a la importancia e íntima relación entre los alimentos del planeta y la agricultura familiar.

FOTO N°3. Situación siniestral típica de daño por viento en plásticos de techo