A pesar de que muchos escépticos dudan del calentamiento progresivo del planeta a raíz del aumento en la concentración de los gases de efecto de invernadero en la atmósfera, tal como bióxido de carbono, metano y óxido nitroso, principalmente; la realidad es que el clima ha cambiado en los últimos 50 años.  Esto es considerando los resultados de investigaciones científicas que avalan que el aumento de eventos climáticos extremos como son las sequías, heladas, inundaciones, huracanes más intensos, tornados, etc., de los últimos años están correlacionados con el aumento de la temperatura del planeta.

Es en los últimos 150 años y derivado de la revolución industrial cuando se hace un consumo pleno e incremental de combustibles fósiles por la industria y vehículos automotores, con el consecuente aumento de CO2 atmosférico de 220 ppm a más de 420 ppm.  Se estima que en el año 2020 tendremos una atmósfera con una concentración de gases de invernadero superior a las 500 ppm.  En consecuencia, la temperatura promedio del planeta ha aumentado en casi 2 grados centígrados.

Existen multitud de evidencias científicas del impacto del calentamiento del planeta en los recursos naturales, por ejemplo la disminución progresiva de los casquetes polares por la descongelación de grandes masas de hielo, el aumento del nivel de mar, una mayor velocidad de los procesos de desertificación, perdida de especies vegetales y animales, y principalmente un aumento en la variabilidad climática, la cual radica en el incremento de la frecuencia de valores extremos de temperatura y precipitación.

De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio (IPCC), los efectos del Cambio Climático se manifiestan en una mayor variación del patrón climático, porque la temperatura y precipitación pueden alcanzar valores mucho más extremos.  Ocasionalmente un gran porcentaje de la lluvia anual podrá caer en una o dos tormentas y causar inundaciones localizadas, mientras que el resto del año puede sufrir una sequía regional prolongada.

Por otra parte, el Cambio Climático no tendrá un efecto homogéneo través del planeta.  Dada su posición geográfica, los países tropicales de latitud media serán los más castigados.  Este es el caso de México, Haití, Cuba, Brasil, Colombia, Perú, Honduras y Bolivia, que debido a su ubicación registraron un aumento de más del 50% de eventos climáticos extremos que afectaron a la vivienda y población, por efectos de tormentas, inundaciones y sequías en un lapso de 24 años (Fig. 1).

 

 

Fig. 1 Países de las Américas con más del 50% de ocurrencia de inundaciones, tormentas y sequías  2000-2014. Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL

En resumen, la FAO y Banco Mundial han situado a los países de la franja tropical como los países perdedores por los efectos del Cambio Climático.

 

Si bien los impactos se han medido típicamente en los daños a los recursos naturales, existen varios sectores económicos que están resintiendo los efectos del Cambio Climático.  De acuerdo a los reportes de la FAO y Banco Mundial, el sector que primeramente está sintiendo los impactos del Cambio Climático es la Agricultura.

En consecuencia estas instituciones internaciones han recomendado “Debemos adaptar la agricultura y ganadería a las nuevas circunstancias climáticas, lo cual permita proteger los bienes de producción de los productores y de los países en general”.

 

De acuerdo con algunos reportes de investigaciones del impacto del Cambio Climático, este se refleja en:

  1. Aumento en los daños que causan la presencia El Niño y La Niña.
  2. Mayor variabilidad del patrón lluvioso – más sequias e inundaciones
  3. Cambios abruptos en la temperatura ambiente – más heladas y ondas de calor
  4. Vientos extremos – tornados y huracanes
  5. Aumento en la incidencia de granizo y nevadas en el verano
  6. Nuevas plagas y enfermedades en los cultivos y ganado
  7. Aumento en el consumo de agua por los cultivos
  8. Mayores costos de producción – por irrigación e insumos
  9. Aumento en la energía requerida para la producción
  10. Incremento en la infraestructura de la producción – sistemas de riego, invernaderos, etc.

En consecuencia, el productor estará obligado a:

  1. Buscar ventanas de comercialización – ventajas geográficas y climáticas
  2. Lograr mayores márgenes de utilidad – agricultura por contrato
  3. Proteger mejor sus cosechas y bienes de producción – seguro agropecuario

Es importante mencionar que con el advenimiento de los sistemas de producción bajo invernadero, muchos productores están siguiendo la agricultura protegida para disminuir la vulnerabilidad de sus sistemas de producción ante los impactos de temperaturas extremas (heladas y ondas de calor).  Además del ahorro del agua con invernaderos, es posible proporcionar los nutrientes a las plantas en cantidades más precisas que permiten altos rendimientos en las épocas del año de mejores precios de los productos.

 

Desafortunadamente esta forma de producción conlleva a altas inversiones donde la gran mayoría de los productores no cuentan con los recursos económicos suficientes para incursionar en un negocio empresarial agropecuario.   Por otra parte, muchos cultivos extensivos como son los granos, buscan el beneficio del clima local para establecerse en grandes extensiones de suelos agrícolas y por lo tanto no es económicamente rentable su producción bajo invernadero y no todos los productores tienen el acceso a un sistema de irrigación.

 

Una de las recomendaciones de las instituciones internacionales orientadas al estudio del cambio Climático y sus efectos en la economía agropecuaria, es que la nueva agricultura debe proteger sus bienes de producción, encarrilar los sistemas de producción a la sustentabilidad y lograr la resiliencia (la capacidad de la unidades de producción de recuperarse rápidamente después de un daño severo y volver a la producción en el corto tiempo).  Es por esto que el seguro agropecuario es una de las primeras recomendaciones ante el Cambio Climático por parte de la FAO y Banco Mundial, y en consecuencia el seguro agropecuario es la medida mejor adoptada por la mayoría los países del mundo a fin de mitigar los efectos del Cambio Climático.

 

En consecuencia, el seguro agropecuario ahora trata de llegar a más productores, incluyendo los de bajos recursos, a través de programas de gobierno que comparten el riesgo climático a través del pago de una parte de la prima del seguro o a través del seguro catastrófico implementado por algunos países de la región.

Seguros innovadores que se contratan actualmente en el sector agropecuario basados en índices climáticos paramétricos para precipitación en el cual cada milímetro de lluvia que deja de llover o milímetro en exceso de lluvia tiene un costo de indemnización para el productor, o seguros que cubren el precio del producto a la venta, con el cual el agricultor asegura el ingreso de su predio, permiten proteger las unidades de producción ante eventos climáticos extremos y promueven la recuperación de los predios dañados, causando una rápida incorporación al proceso productivo.

 

Algunos gobiernos han implementado sistemas de alerta temprana y planes de contingencia  en conjunto con instituciones mundiales para hacer frente a los desafíos impuestos por el cambio climático y sería de gran relevancia el que se incluya esquemas innovadores de aseguramiento en las políticas públicas que coadyuven a la sostenibilidad de la producción en aquellas regiones donde los productores son más vulnerables a las variaciones extremas del clima en la región de las Américas.

 

Dr. Mario Tiscareño López
Director General
AgroClima Informática Avanzada, S.A. de C.V.